miércoles, 27 de enero de 2016
MUJERES DE 40...
Cumplir 40 años lleva implícito que no hay tiempo para perder en pavadas, que se está cerca de la mitad de la vida y que la eternidad no existe.
Ya te diste cuenta que “el príncipe azul” y el “vivieron felices para siempre” eran cuentos.
Se trata ahora de no estar obligada a compromisos vanos o forzados, ni de quedar bien con gente que a una no le importa demasiado, que es casi una obligación moral disfrutar cada momento.
Es tiempo de distinguir los propios deseos de las expectativas ajenas y las proyecciones familiares y de amigos.
En definitiva, hay que hacer carne lo que una quiere y desechar, si no sirve, lo que otros quieren para nosotras.
A los 40 años tu decides con quien estar y con quien no estar.
Te das el lujo de mandar al diablo, con educación, compromisos que no te importan y de ir a buscar donde sabes que esta lo que sea que necesitas… lo que deseas.
El desafío es rico.
Empiezan experiencias más intensas.
Comienza una especie de segunda adolescencia; pues la irreverencia es un placer que nos podemos dar... pero con sentido, mucho sentido.
A los 40 suele aparecer un sentimiento inmenso y notable: la aceptación.
Te conoces ya más que nadie, ya sabes quién eres y nadie va a venir a contarte un cuento chino. Terminó la búsquar donde no hay y si aún seguís buscando… es hora de pagarle a un buen psicólogo; ya sabes que no se trata de conformarse pasiva a lo que hay, sino de saber qué se quiere, de que manera se lo quiere y con quien se lo quiere.
A los 40 aparece esa gloriosa e impune sensación de poder decirle a la gente lo primero que se te viene a la cabeza (guardando las formas, claro, para no andar ofendiendo por todos lados), pero tienes el poder de desahogar de tu alma lo que se te pegue en gana con audacia.
Tienes mil y una historias privadas que te causan sonrisas inesperadas, que te hacen adquirir ese brillo que te daban las travesuras de cuando eras niña… pero ahora con la sensualidad de una mujer. A los 40:
1) Sabes quien eres.
2) Sabes quien no eres.
3) Tal vez no tengas claro todo lo que deseas, pero con certeza reconoces lo que ya no quieres.
4) Conoces el color de labios que te hace ver de 100 cuando quieres lograr algo.
5) Se te ha desarrollado un potente radar para detectar a las personas “mal intencionadas" y con tranquilidad sabes que el “que dirán” son sólo percepciones de los demás.
6) Ya no esperas lo que no existe.
7) No estás con quien no te dan ganas de estar.
8) Volteas sutilmente el mundo para estar junto a quien brilla más tu día.
9) Tienes menos expectativas superfluas.
10) Vives más liviana.
11) Te amargas menos.
12) Pierdes el miedo al ridículo y bailas cuando tienes ganas de baliar.
13) Disfrutas más.
14) Sabes reírte de ti misma.
15) Aprendes que la seguridad nadie te la puede dar más que tu y te conviertes en tu mejor aliada.
16) Te sientes hermosa cuando te ves de reojo en el cristal de alguna tienda.
17) Te ríes de cosas por las que antes llorabas.
18) No puedes creer que te hayas peinado como lo hiciste a tus 20 años.
19) Empiezas a utilizar palabras que antes no sabias que existían, por ejemplo presbicia.
20) Los pseudos amigos quedan en evidencia y tienes la nobleza de alejarte sin dañarlos.
21) Los amigos empiezan a ser más amigos que antes y das lo que sea por una tarde de carcajadas, de esas que te hacen doler la panza.
22) Las dietas dejan de ser una obsesión, pero cuidas más tu salud.
23) Le empiezas a tener un cariño especial a tu celulitis, pues sabes lo que significa.
24) Te importa más francamente tu cerebro que tu trasero.
25) Enamoras por tu desparpajo.
26) Estar en pareja es un deseo y no una obligación.
27) Sabes cuales besos hacen que tus ojos se cierren sin querer.
28) Conoces que caricias te hacen estremecer.
29) Una buena conversación es parte del buen sexo.
30) Tienes mil y una historias secretas por contar.
31) Te cuesta acordarte de cosas que viviste con un ex por el que antes te habrías cortado las venas. 32) Sabes defender la integridad de quien no se encuentra en la mesa porque, sea verdad o no lo que digan, te gustaría que se hiciera lo mismo contigo.
33) Tienes más tolerancia a la frustración, sabes que mañana será otro día.
34) Te vuelves menos demandante.
35) No tienes ganas de que te rompan.
36) Tienes la sensibilidad de una niña de 19, pero con la experiencia y habilidad de una mujer de 40. 37) Tus ojos ven de una manera diferente a niños y a ancianos.
38) Te das cuenta que todos tienen problemas, que ninguna vida es perfecta… te avergüenzas menos y aprecias más tu vida.
39) Aprendes a agradecer más y más seguido.
40) Estás mas viva que nunca y sí hay “suerte”… sólo te resta por vivir la otra mitad de lo que has vivido...
Resumiendo: No hay más ganas de perder el tiempo en pavadas, ni escuchando ridiculeces. Es la edad de la liberación.
Así es que si has llegado hasta aquí: Disfrútate, quiérete, alégrate y sobre todo agradécete por ser tu mejor compañera de viaje!
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